martes, 5 de abril de 2011

menú estival de pintura-escultura

tras un largo período de reposo, un pintor o un escultor que desee retomar su actividad creadora a las tres de la tarde estival, vanamente trataría de excitar la propia inspiración en una comida suculento-tradicional.
adormilado, debería caminar para digerir, y entre inquietudes y pesimismos cerebrales terminaría por consumar la jornada holgazaneando artísticamente sin crear en el arte.
séale servido en cambio un menú de puros elementos gastronómicos: una sopera de buena salsa de tomate, una abundante polenta amarilla, una pila de ensalada de lechuga sin condimentar y fuera del plato, un plato sopero lleno de aceite de oliva, un plato sopero lleno de vinagre fuerte, un plato sopero lleno de miel, un gran ramo de rabanillos rojos, una pila de rosas blancas con relativos tallos espinosos.
al caso, sin cubiertos, y desobedeciendo continuamente a los hábitos surgidos de la excitación, sáciese mientras admira el cuadro del Jugador de fútbol de umberto boccioni.
(la cocina futurista, Marinetti)

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